lunes, 3 de diciembre de 2007

A LA CAZA DEL HOMBRE



Un viernes de relajo, último día de trabajo. Mis compañeros y yo estabamos de lo más concentrados en el centro de labores, cuando recibimos una invitación de la gerencia para escuchar una charla, conferencia o exhibición, bueno, fuese lo que fuese, el tema nos dejó más que boqui abiertos. Cuando entré al salón de promoción -lugar en donde se realizan las actividades-, vi a dos hombres señalando una pantalla blanca, muy grande, con imágenes de computadoras. Pensé, será una capacitación o la presentación de un nuevo producto, pero estaba equivocado. Escuché las palabras ventaja, modernidad, desarrollo, crecimiento, avance tecnológico, etc., y al sentarme me di cuenta que estaban ofreciendo algo que “marketeaban” como grandioso y espectacular.
Pero lo que me causó más desconcierto -y no solo a mi- fue cuando uno de los exponentes soltó una frase que refería como una ventaja al usar esta herramienta. Y es que el ver los rostros tiesos, con la mirada centrada hacia el expositor como si fuera Gianmarco o Viviana Riavasplata, fue suficiente para darme cuenta que mientras más pasan los años, nos encontramos con un territorio de minas antipersonales y trampas con la que podemos desparecer.
Sabemos que un vendedor hace todo lo imposible para que le compren hasta el más insignificante producto, pero ir en contra de personas sacrificadas a la labor diaria, al progreso de millones de personas, que llegan a las 11 de la noche a sus casas después de una faena agotadora y que trabajan fines de semana por el bien común, me parece el juego más sucio que hay.
Al escuchar ¨señores, esto hará que ahorren en sueldos¨, dirigiéndose a los funcionarios de la empresa, el cuerpo se me escarapeló -no creo ser el único-. La reacción que tuve fue voltear para comentar este exabrupto, encontrándome con mi compañero -también con rostro desencajado- ¨Harry Potter¨, un chico sanmarquino, historiador hasta el tuétano y defensor de las ideas socialistas.
-Pucha, maldito capitalismo- protestó.
-A este paso, la tecnología nos desplazará totalmente -comenté.
-No estoy muy de acuerdo con los avances tecnológicos porque yo creo que la presencia humana es primordial. Sin embargo, estos quieren que nos den una patada en el culo.
-Parece como si esto nos siguiera para alcanzarnos y devorarnos -dijo metafóricamente.
-Al final todo lo que vimos en películas será cierto, ¡malditos capitalistas! -protestó finalmente.
Y es que en verdad parece que las películas futuristas que vimos con tanta emoción y asombro, se están convirtiendo en una especie de Nostradamus, en especies de bolas mágicas que revelan el futuro. La tecnología está desplazando lentamente al ser humano. La civilización está en un proceso de cambios tecnológicos, que harán que las futuras generaciones se vuelvan inservibles, condicionados a las órdenes de máquinas que se apoderan de nuestro planeta. Así pues, ¿será esta la desaparición de la raza humana o el paso para una era cibernética?

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