A pesar de que solo faltan quince días para mi matrimonio, no me siento muy bien. Y es que esta sensasión, según muchos amigos, es natural antes de consumar algo tan importante. Se supone que debería estar contento, emocionado, feliz, etcétera, etcétera, etcétera. Por momentos, pienso que mi madre tiene razón al decirme que soy un imbécil por no darme cuenta de lo que estoy haciendo. Escuchar casi todos los días sus imprecaciones y sus recriminaciones es sumamente agotador e insoportable. Frases como "el matrimonio no es fácil", "por qué te dejaste atrapar", "te casas muy apurado", hacen que me hierva la cabeza, como diría el recordado Jaime Palillo.
A todo esto se suma lo económico, lo cual me desespera y me preocupa. La verdad nunca imaginé que en un matrimonio se gastaba mucho dinero y, lo que para mi es peor, se tenía que hacer tanto trámite (esta es una escusa perfecta para los que no quieren casarse).
Me siento agotado. A punto de la desesperación y el suicidio (exagerando un poco). A veces también pienso cómo haría para escapar de esta realidad y estár tranquilo. Y no es que ya no ame a mi futura esposa. El problema es que me mata la incertidumbre de saber cómo me irá cuando ya estemos juntos en nuestro "nido de amor".
¿Qué hubiese pasado si me fugada de Lima como un cobarde ? 1) Violeta, mi novia, se moriría de pena, por no decir que se suicidaría; 2) su familia, en especial sus primos, me buscarían para darme una buena paliza; 3) mi madre, a pesar de todas sus imprecaciones y recriminaciones, me llamaría COBARDE durante un año y me diría que ojalá una chica me dejara con los crespos hechos; 4) mis amigos y conocidos me mirarían por la calle y murmurarían que yo soy el maldito que no se casó; y 5) perdería a una gran mujer y amiga.
A todo esto se suma lo económico, lo cual me desespera y me preocupa. La verdad nunca imaginé que en un matrimonio se gastaba mucho dinero y, lo que para mi es peor, se tenía que hacer tanto trámite (esta es una escusa perfecta para los que no quieren casarse).
Me siento agotado. A punto de la desesperación y el suicidio (exagerando un poco). A veces también pienso cómo haría para escapar de esta realidad y estár tranquilo. Y no es que ya no ame a mi futura esposa. El problema es que me mata la incertidumbre de saber cómo me irá cuando ya estemos juntos en nuestro "nido de amor".
¿Qué hubiese pasado si me fugada de Lima como un cobarde ? 1) Violeta, mi novia, se moriría de pena, por no decir que se suicidaría; 2) su familia, en especial sus primos, me buscarían para darme una buena paliza; 3) mi madre, a pesar de todas sus imprecaciones y recriminaciones, me llamaría COBARDE durante un año y me diría que ojalá una chica me dejara con los crespos hechos; 4) mis amigos y conocidos me mirarían por la calle y murmurarían que yo soy el maldito que no se casó; y 5) perdería a una gran mujer y amiga.


1 comentario:
"5) perdería a una gran mujer y amiga."
Esto último me conmovió. Qué bueno que tomaste la mejor decisión.
Suerte, Pedro.
Saludos a Violeta (ahora sí, no olvidaré su nombre).
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